
Articular
Joaquín Artime
La infancia es el escenario primero en el que se originan nuestros miedos, nuestras inseguridades, nuestras fobias. Cada conflicto que nos asola en nuestra adultez se retrotrae a un tiempo tan pretérito que es difícil discernir el momento exacto en el que se produjo el quiebre. Es más, estos oscuros instantes permanecen entre sombras, con formas impensables, como nebulosas, encerrados en el fondo de un cajón. A lo largo de los años, Natuka Honrubia se ha esforzado en arrojar luz sobre estos lugares sombríos, construyendo un cuerpo de obra que ahonda en las tensiones, perversiones y horrores de la niñez.
Para Espacio Modotti, Honrubia crea en sus escaparates una escena dividida en dos. Por un lado, vemos un+ bébé desnudo que sostiene unas cadenas. Al otro lado, las cadenas agarran el cuello de una marioneta de grandes proporciones. Esta marioneta está hecha de madera, con elementos domésticos reciclados: cuencos, rodillos, platos, listones de somier. El menaje se ensambla en una nueva configuración donde emergen, con sobria desnudez, ojos, nariz, boca abierta, lengua, pechos, una vagina dentada y un falo. Un coctel de género que pretende desestabilizar toda noción binaria a favor de una realidad compleja, diversa, que salva dualidades y simetrías jerarquizantes.
Aquí la clave está en la articulación. Es esta la que proporciona capacidad de movimiento, pese a que la figura principal se vea sometida a la inmovilidad, sin hilos, pero con sus uniones sujetas al muro. Articular también es proferir, enunciar, pronunciar. Tras la marioneta, la pared está invadida por bocadillos con insultos que se repiten por pares. Inútil. Necia. Imbécil. Insegura. Miedosa. Anormal. Un bombardeo atosigante en el que las letras se retuercen, como si implosionasen en profusa sonoridad. Sobre l+ bebé un gran cartel, realizado en tres fragmentos, reza: “quiero ser una niña mala / no tener mala conciencia”. Aunque leídos individualmente podríamos entender: “quiero ser no tener / una niña mala / mala conciencia”. En el interior de la galería, un conjunto de imágenes de artículos extraídos de internet está intervenido para dar salida a preocupaciones y chistes que se mecen entre la paradoja, la privacidad y la exhibición sin pudor.
Así, las alternativas se nos presentan con tal ambigüedad que las preguntas nos asaltan sin descanso. ¿Son estas imágenes un autorretrato? ¿Realmente l+ niñ+ interior está al mando de l+ adult+? ¿Quién retiene a quién? ¿Hay una relación am+/esclav+? ¿L+ bebé y la marioneta son la misma persona? ¿Qué podemos hacer para zafarnos cuando nuestro alrededor es hostil, nos aturde y señala?.
En 1883, Carlo Collodi comienza a publicar Las aventuras de Pinocho en el periódico infantil Giornale per i Bambini. El relato ve la luz por capítulos hasta 1886. Este cuento universal ha sido destacado por su rico imaginario, y criticado por su recalcada moralidad. Natuka Honrubia lo rescata, interesada en el construir por partes, sacudiendo la moralidad, quedándose con la desobediencia. Si, como repite una y otra vez Collodi, “¡Son tantas las desgracias!”, más vale hacer lo que viene en gana.